Federico García Lorca fue uno de los más grandes poetas y dramaturgos de la primer mitad del siglo XX. Aunque gran parte de su obra está dirigida a un público adulto o posadolescente, muchos de sus poesías están dedicados a la tierna infancia, tal vez como reflejo de sus tiempos mozos en Fuentevaqueros.
El lagarto está llorando.
Poesía de García Lorca
El lagarto está llorando.
La lagarta está llorando.
El lagarto y la lagarta con delantalitos blancos.
Han perdido sin querer su anillo de desposados.
La lagarta está llorando.
El lagarto y la lagarta con delantalitos blancos.
Han perdido sin querer su anillo de desposados.
¡Ay! su anillito de plomo,
¡ay! su anillito plomado Un cielo grande y sin gente
monta en su globo a los pájaros.
¡ay! su anillito plomado Un cielo grande y sin gente
monta en su globo a los pájaros.
El sol, capitán redondo,
lleva un chaleco de raso.
¡Miradlos qué viejos son!
¡Qué viejos son los lagartos!
lleva un chaleco de raso.
¡Miradlos qué viejos son!
¡Qué viejos son los lagartos!
¡Ay, cómo lloran y lloran!
¡Ay, ay, cómo están llorando!
¡Ay, ay, cómo están llorando!
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